Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, acaba de demostrar que una leve reducción de calorías durante la gestación trae como consecuencia la obesidad de los niños cuando llegan a la madurez.
La investigación acaba de ser publicada en la revista científica Plos One. Basta que la reducción calórica de las futuras madres sea de un 20%, apenas unas 400 kilocalorías, para que se produzcan alteraciones metabólicas en el feto que se plasmarán en la época adulta.
«De alguna manera, el feto que está creciendo recibe la información de la alimentación de la madre y esta queda marcada en sus cromosomas», Pero ¿por qué una menor ingesta en el embarazo se traduce en adultos obesos? «Porque el feto, en su desarrollo, se adapta a unas condiciones de poca disponibilidad de alimento, con lo que el futuro organismo está más adaptado para guardar energía que para consumirla»,
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